Andrea es comunicadora de profesión, pero siempre quiso dedicarse al trabajo artístico. Es una de las muchas personas de mi generación (incluida yo) que no tuvo la oportunidad de estudiar la carrera de arte por decisión de sus padres. Pero eso no la frenó y hoy se dedica a sus ilustraciones y el trabajo artístico con comunidades. Andrea acaba de recibir un financiamiento del Toronto Arts Council para un proyecto de ilustración sobre refugiados y newcomers en Toronto. También está preparando un libro objeto con formas de la selva. Por el lado de los negocios Andrea tiene una marca propia llamada “The Allegra Project” donde comercializa y crea pines y prints con sus ilustraciones. En el futuro cercano planea lanzar nuevos productos dirigidos a niñ@s y adultos “peterpanescos” (en sus propias palabras).
Tuve el gusto de conversar con Andrea hace unos días. Aquí la entrevista completa:
Cuéntame Andrea ¿Cómo empezaste con el arte?
Desde chiquita me encantaba dibujar, el recuerdo más lejano que tengo es practicar princesas y sirenas a los cinco años en la casa de mi abuela que tenía una biblioteca enorme. Mis padres no me dejaron postular a la carrera de artes y entré a comunicaciones, poco se imaginaban que eso solo iba a impulsar mi apetito por el dibujo y el arte. Mis cuadernos siempre tenían garabatos y tuve la suerte de caer en un grupo de amigas que me inundaron de referencias artísticas. Con ellas teníamos mini proyectos de fotos, stop-motions, cuadernos, el arte era mi forma de sobrevivir a una carrera a la que no le encontraba esencia.
Creo que nunca he digerido la idea de ser artista o ilustradora, el ser autodidacta aún me genera mucha inseguridad y aunque he colaborado con marcas de ropa y publicado un libro en China, por ratos siento que es solo suerte… pero ese sentimiento ha ido evolucionando desde que me mudé a Canadá. Toronto fue un empezar de nuevo, y me aseguré de saciar esa voz del “What if…” Así que hice un pacto conmigo misma de dedicarme al arte y hacer que mi trabajo esté siempre relacionado al proceso creativo. Aún tengo mucho que aprender para considerarme ilustradora, lo que sí me considero es artista comunitaria, creo que es la etiqueta con la que me siento más cómoda. Amo trabajar con diversas comunidades y darles las herramientas para explorar su propio proceso creativo y generar productos que tengan un discurso social y político.
¿Qué artistas te han influenciado?
De adolescente amaba la anatomía de las pinturas de Egon Schiele, veía sus figuras femeninas y trataba de que las mías tuvieran esas líneas temblorosas. Me acuerdo que tenía un libro de Kandinsky en el que mostraba su estudio a bailarines, eso hizo que me pusiera practicar poses, y por un tiempo me afané con el circo. Otra persona fue Gino Cecarelli, un pintor de Iquitos. Él fue una fuerte influencia para empoderar mi lado amazónico. Ver en sus pinturas al bufeo, la runa mula, la sirena, etc. me hacía sentir que la magia de la Amazonía valía la pena de plasmar.
De grande, Javier Silva Meinel y Jonathas de Andrade. El enfoque a lo mítico y sagrado son temas que siempre han circulado en mi trabajo. La aproximación que tienen, desde la foto y el video arte, hace que mi piel se erice. Además que ambos han trabajado con criaturas de agua y texturas, ellos definitivamente son una fuerte constante de inspiración. Gloria Anzaldúa, escritora chicana, me dio el impulso para explorar lados más oscuros.
¿Por qué la temática amazónica? ¿Qué quisieras trasmitir a través de ella?
Soy de un lugar en el que lo mítico se mezcla con el día a día. Crecí en Iquitos escuchando historias verdaderas de hombres a los que las sirenas se habían llevado, de mujeres que habían quedado embarazadas por el bufeo, de personas que no regresaban de la selva porque el Chullachaqui los había engañado. Tengo una necesidad de plasmar esas historias más allá de la oralidad.
Me inspira la selva, ese mundo en el que descubres la neutralidad de la naturaleza, su capacidad de quitar y dar vida. La magia de las criaturas que creamos en la búsqueda de dar significado a lo que nos rodea. Más que transmitir algo quiero crear un mundo para mi. Un mundo en el que transformo los mitos que escuchaba de niña y creo mi propio sistema de seres mitológicos.
Si te interesa conocer más sobre el trabajo de Andrea, puedes visitar su web, tienda online, o seguirla en su Instagram en su cuenta personal o su cuenta comercial.
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